Una manera de sentir
Jueves por la tarde, último entrenamiento de la semana donde se empieza a oler la competición del fin de semana, percibes en las caras de tus jugadores que lo quieren, que lo desean, ese momento de la competición que forma parte de su proceso de crecimiento donde se pone en práctica lo aprendido, una oportunidad para seguir avanzando como equipo mientras juntos superan adversidades de todo tipo.
Y es precisamente en uno de esos jueves, la última sesión de la semana, donde se produce un hecho que además luego tendría estrecha relación con lo sucedería en la competición. Adri y David están emparejados en un ejercicio de 1vs1, y los tres que componemos el cuerpo técnico estamos presenciando a una guerra que no da lugar a treguas ni descansos, como dos caballeros que se baten a duelo con sus espadas viéndose a encontrar en su repertorio los mejores movimientos. Y lo mejor de todo es ver cómo Adri por su manera de defender, contundente, fuerte, seguro, no deja avanzar a David nunca, y en consecuencia se va generando en éste ultimo una sensación de impotencia.
Ve que no es capaz de superarle, de regatearle cuando le toca atacar, y encima cuando le toca defender no le roba el balón por lo que Adri está consiguiendo la mayoría de las veces hacer gol. Y eso duele, a él le duele, tanto que pasa de ser impotencia a ser un sentimiento de frustración por verse incapaz, se siente pequeño, muy pequeño, y ve cada vez más grande a su rival, así una y otra vez...hasta que empieza a llorar, pero siempre de espaldas a nosotros para que no le veamos. No quiero parar el ejercicio porque queremos, y yo quiero, que aprenda a gestionar esa emoción, a regularla, ver cómo reacciona y cómo responde él a ese estímulo que le está generando el hecho de no ser capaz de superar a Adri.
Cuando termina el ejercicio, mi corazón me impulsa a reunirles 2 minutos (no soy de explayarme en charlas, lo breve, dos veces bueno), siento que el equipo necesita un impulso emocional que les ponga en situación: ''Ahora vamos a pasar al siguiente ejercicio, donde realizaremos un Fútbol Condicionado en el espacio que como podéis ver está dividido en tres subespacios, de tal modo que existen dos pasillos laterales y uno central, para que focalicemos la atención en varios objetivos: 1) Atacar portería por los pasillos laterales, generando en ellos superioridad numérica. 2) Evitar las conducciones excesivas en el pasillo central, para que este pasillo sea únicamente de transición rápida para cambiar el balón de banda a banda. 3) Cuando el balón se encuentre en pasillo lateral, el equipo que defiende va a la presión alta para robar el balón. 4) Si el balón se encuentra en el pasillo central, replegamos para cerrar líneas de pase por dentro, y de esa manera forzar al rival a que lleve el balón a banda. Dicho esto, hay algo que queremos recordaros, y que tiene que ver con nuestra actitud. Tenemos que empezar a ser más valientes, tomar decisiones, querer ser protagonistas absolutos en cada momento de nuestra vida, pero no sólo aquí, en el colegio, en casa, quiero, debo querer más cada día, y de la misma manera en todos esos contextos no puedo dejar que nadie me pisotee o me haga llorar, no, no podéis veniros abajo.
Porque escuchad, cuando salgáis de toda esa burbuja en la que estáis, y lleguéis a la universidad que ese momento llegará, os van a intentar hacer daño allí, os van a intentar ofender en la calle, y luego os intentarán hacer la vida imposible en vuestro trabajo, en cada lugar en el que estéis habrá una persona siempre que intentará ofenderos, insultaros, o menospreciaros. Porque cuanto más grande seais como personas, mayor es la envidia que os tendrán. Cuanto más originales seáis, más auténticos, más felices os vean, más motivos les váis a dar a las malas personas, que las hay, para que vayan a por vosotros. Y tenéis que estar preparados para ese momento, porque va a llegar, y aquí nosotros tres no sólo os estamos enseñando a jugar al fútbol , sino que queremos formaros como grandes personas, fuertes, para que sepáis qué hacer el día de mañana, porque sois increíbles, porque vuestras ganas de trabajar, vuestro esfuerzo diario por aprender, es bestial, sois especiales, sois muy grandes, y queremos que sepáis como gestionar las situaciones que tengáis en un futuro.
Por eso, cuando falláis un pase, un tiro a portería, u os den una patada, no lloréis, no, levantaros, levantad la cabeza, y seguid insistiendo, una y otra vez sin parar, sin mirar atrás, siempre hacia delante chicos, apoyaros en vuestros compañeros porque nunca vais a estar solos, y cuando sea así, luchad, pero no lloréis, no hay tiempo para llorar, sólo para buscar soluciones, buscad alternativas de la misma manera que las buscáis durante cada entrenamiento, durante cada partido, pero nunca jamás se os ocurra desistir. Aquí estáis entrenando con un compañero, si os da una patada no es a malas es porque está compitiendo, y yo si fuera uno de vosotros estaría orgulloso de tener ese compañero porque, en mi corazón, sé que en el partido dará la cara por mí. Pero para que esto se produzca en la competición, primero lo debemos adquirir como hábito en el entrenamiento, y a veces es necesario llevarse una patada, un empujón, una carga, porque forma parte del juego, del entrenamiento, un entrenamiento que no es sólo para el fútbol, sino para la vida. Seguimos con el entrenamiento a tope, vamos.''
El deporte, y el fútbol el concreto en este caso, posee esta grandeza consistente en que lo que se encuentran los jugadores en cada entrenamiento, en cada partido, es equiparable a las adversidades que se van a encontrando en su vida, en el colegio, en casa, en la universidad, en el trabajo, y nosotros como entrenadores debemos hacer hincapié en ello, una educación que no sea sólo deportiva sino también para la vida que es lo más importante, formar y desarrollar chicos/as con una personalidad tan grande que luego puedan afrontar esas diversas situaciones de conflicto con madurez, con personalidad, con tranquilidad, y sabiendo cuál es la actitud ideal para vivir cada día de su vida tratando de aprender lo máximo posible, desarrollando un carácter que se sustente en valores como la humildad, la honestidad, la valentía, el atrevimiento de ser diferente, de confianza en que tiene un talento que explotar y con el que puede ayudar a la sociedad a ser un poquito mejor, que falta hace, mucha de hecho.
Hoy leía estas líneas de Reginald Revans que quería compartir con vosotros/as: ''Para sobrevivir necesitamos aprender a la misma velocidad de los cambios que se producen en el entorno.'' Y si a esto le añadimos esta otra reflexión del entrenador argentino de voleibol Julio Velasco: ''Yo he aprendido mucho con los jugadores malos; mucho más que con los buenos. Porque con los malos tuve que esforzarme mucho más para encontrar la manera de ayudarlos a mejorar.'' Esa última parte me encanta, para encontrar la manera de ayudarlos a mejorar, porque ahí está nuestra esencia como entrenadores. En función del nivel, de la categoría, no quiere decir que tengan o no necesidad, sí las tienen pero son distintas, completamente diferentes, y ahí en ese contexto de descubrimiento de cuáles son esas necesidades entramos nosotros para ayudarles a que den su mejor versión, porque es en la mejor versión donde se desarrolla su talento, aquello que al hacerlo disfrutan como nadie, y es que siempre recuerdo la frase de mi buen amigo, aquella que dice que la vida es tan simple como disfrutarla. Sepamos disfrutarla.