Unionistas – Navalcarnero (1-0)

El Navalcarnero se alía con la mala fortuna

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La suerte. Ese factor al que el fútbol trata de quitar importancia, pero que todos prefieren tener de su parte. Al Navalcarnero hace tiempo que le abandonó. Sí, su situación y sus ocho derrotas consecutivas nada tienen que ver con la suerte. Es una realidad que el conjunto de Fran Garrido está ahí abajo por méritos propios. Pero la derrota de este domingo ante Unionistas volvió a demostrar que cuando estás inmerso en una mala dinámica, todo se te viene en contra.

En un partido cerrado, sin apenas ocasiones, sin dominio alguno por parte de ambos equipos, aunque con el juego volcado sobre el campo de los rojiblancos –de amarillo este domingo-, la victoria acabó en el bolsillo de los locales gracias a un gol en propia puerta. José Antonio cabeceó al fondo de su portería en un centro envenenado desde la banda izquierda.

Las bajas siguen provocando un grave dolor de cabeza a Fran Garrido. Sobre todo la de Joaquín Cerdá, máximo goleador del equipo. El banquillo, una semana más, estaba plagado de juveniles. Ni Cifu ni Juan Moreno, fichados en el mercado invernal –el último aún ni ha debutado-, viajaron a Salamanca debido a sus problemas físicos.  

Diego Conde evitó que Unionistas lograra una victoria más holgada. Una semana más volvió a aportar la luz dentro de la oscuridad en la que se encuentra inmersa el Navalcarnero. Con el pie, en un mano a mano con Jorge Hernández, dejó con la miel en los labios a los siempre ruidosos aficionados que acudieron a las pistas del Helmántico. Una de las mejores aficiones de la categoría.

Cifo y Montoro, de manera tímida, probaron a Molina desde lejos y, ya en la segunda mitad, Fran Santano dispuso de la llegada más peligrosa para los muchachos de Fran Garrido. De nuevo con el guardameta unionista haciéndose grande bajo los palos. Otra derrota para el Barquito. Y ya van ocho seguidas. Un 2019 para olvidar. Restan doce partidos y la diferencia con la salvación es de ocho puntos. Un mundo para un Navalcarnero aliado con mala fortuna.

Imagen: CDA Navalcarnero.