Es cuestión de creer
Y tú, ¿por qué eres tan optimista con todo?. Esa es la pregunta que me hacen a menudo, cuando ven mi actitud ante los desafíos, los problemas que se me presentan en mi día a día. Yo siempre contesto lo mismo: Porque la vida me ha enseñado que hay que creer, que siempre por pequeña que sea existe una posibilidad mínima de que todo salga bien, y quizás por ese motivo no hay que perder la esperanza.
Quien te escribe estas líneas lleva creyendo que todo puede ser posible desde que nació, porque hay una cicatriz en mi cuerpo que me lo recuerda cada día cuando me veo en el espejo. Fueron los peores días de mi vida, porque me vi obligado a pelear cuando aún no tenia consciencia ni de lo que sucedía. Días de tristeza, de llorar mucho, de intervenciones quirúrgicas, de largas esperas, días en los que mi madre se ponía a mi lado y me decía que no podía parar de luchar, que tenía que salir adelante, que no que no y que no, que esto no podía terminar tan pronto.
Fíjate cuán difícil parecía estar todo que las probabilidades serían de un 20% en la última operación, antes de la cual el doctor del equipo médico advirtió a mis padres que "puede que salga bien, o puede que no vuelvan a estar con él". Pero hay veces que la estadística, los números, las probabilidades, se ven superadas por sólo Dios sabe qué razón o motivo, y donde todo era oscuridad pasa a ser luz de un brillo tan potente que apenas uno puede mirar. La pasión, la ilusión por salir adelante, la ambición, la valentía, el corazón, a veces superan a la lógica.
Por ello, después de todo un año peleando, batallando, dándolo absolutamente todo, por verles en cada partido, yo creo en este Naval, siento que es posible, que se puede lograr, pero necesitan el empuje, el aliento, el latido de cada uno de nuestros corazones al máximo de pulsaciones, durante el último partido de esta temporada. Es un último esfuerzo, un último ejercicio de creencia, para lograr el tan ansiado objetivo de la permanencia en 2ªB.
Lo imposible pasa a ser posible en el momento en el que en nuestro corazón aparecen la esperanza y la fe. Es una cuestión de sentimiento, que no se puede entender de manera lógica. Como bien dice Álex Rovira, "Pueden porque creen que pueden, no porque saben que pueden. Vivimos a la altura de nuestras creencias, no de nuestras capacidades." Les espero el próximo Domingo, 14 de Mayo, a las 18:00, en el Mariano González; no se puede faltar a tan importante cita. Les mando un abrazo muy grande, y crean que todo es posible.